Hoy Santo Domingo está triste, tan triste como está mi alma. Ambas parecen alas de una paloma gris que revolotea los cielos. Hoy Santo Domingo luce aletargada, como detenida en el tiempo. Estática. Inmóvil. A la deriva. Así me siento yo, como el bolero: ‘’Es la cosa más triste de este mundo y así me siento yo, por ti solo por ti. ’’ El punto es que Santo Domingo está nublado; sus nubes solo son pañolones de plañideras cargadas de lágrimas al punto de ser derramadas sin un hombro de buena samaritana a quien recostarse. Sus árboles, a pesar del brillo, lucen melancólicos, como amantes burlados al borde del paroxismo. Todo en ti está gris Santo Domingo: tu termitero celeste, tus derruidas y sucias calles, tus viejas plazas, tus puertos, tus monumentos. Gris, todo gris, como mi alma. Y no hay nadie a quien contarle, a quien hablarle de nuestra tristeza, ni a políticos corruptos, ni a políticos perfumados, ni a funcionarios infuncionales, ni a ministros malamente administrados, ni a policías cazando retoños en la oscuridad, ni a pastores distraídos en la diatriba, ni a obispos, ni a funcionarios ahogados en buenas intenciones. A nadie, a nadie se lo podremos contar Santo Domingo… Taino Locos Bohemios, prisioneros de mis cuitas y nostalgias, no me culpen a mí sino al rocío que trae consigo soledades amargas o a la madrugada de fría manta. Culpen a la noche de horas tan larga y soledades tan hondas. Culpen a las caricias que baten sus alas, que fugaces besan y luego marchan… No me culpen a mi culpen a mi alma… Herido estoy
Tengo partida el alma
No sé si vengo o si voy
Y la tristeza como carga
No sé donde dejé el amor
O cuando de mi se apodero el dolor
Prisionero de los caprichos del corazón
Reo de Eva
Y de la flor…Ransés 11:13 27/08/2010